“L’asfalt no es menja”
Pintada, Forn de Barraca, Alboraya (Valencia)
La propuesta parte de una reflexión sobre la energía contenida en el alimento y el trabajo de cultivo para obtenerla. El pan es así fuente de nutrición para el ser humano tanto desde el punto de vista físico como en sentido cultural y simbólico. La instalación se compone de esculturas comestibles que reproducen a tamaño real algunas herramientas ligadas al trabajo agrícola manual. Estas piezas están vinculadas a la lucha ciudadana por la protección de la huerta productiva valenciana, contexto amenazado por una serie de proyectos especulativos y grandes infraestructuras.
El proyecto remite al imaginario de la civilización campesina aticulando diferentes metáforas vinculadas a la fertilidad y al cultivo como cuidado ecosistémico. La energía también tiene límites que toman aquí forma y escala visible en la herramienta de mano. Asimismo, la asunción de pérdidas irreparables evoca una cierta atmósfera de duelo por una forma de vida y un patrimonio de saberes que están en vías de desaparición. El proceso de creación de las esculturas responde a la intención de minimizar su huella ecológica utilizando elementos biodegradables y la energía del sol.
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